sábado, septiembre 24, 2005

Varias cosas varias

Me detengo en medio del trayecto del trabajo a la casa, no es muy largo, 10, 15 minutos... siempre me distraigo observando los arboles del parque del otro lado de la calle, cada dia parece cambiar de color, persiguiendo de a poquitos las estaciones, como si un dia fuera invierno y un dia despues primavera... Hay un minuto de silencio, luego el lejano ruido de un helicoptero, el campaneo que avisa que el tranvia va a llegar, un perro ladra, yo me detengo.

Cuanto tiempo ha pasado desde la ultima vez que... ... tantas cosas !. La ultima vez que abraze a mis hermanas, que me perdi en un supermercado cuando me solte de la mano de mi mama en una navidad hace muchos años, que senti que me ahogaba, que estuve totalmente solo, que me senti totalmente solo, que recogi las migas de pan de la mesa para darselas al gato que se escapo el dia que asustado por un carro salto por las rejas del garaje. Cuanto ha pasado desde que me mire al espejo y pense "he cambiado".

Cuando me di cuenta ya no estaba detenido, mientras pensaba seguia caminando, inconciente mi cuerpo me llevaba a la casa.. asi solia pasar cuando regresaba del colegio, al medio dia la ruta me dejaba en la carretera principal entre una ciudad llamada Arbelaez y otra Llamada Fusagasuga, la ruta no subia hasta mi casa porque la carretera no estaba pavimentada y distria mucho tiempo de toda la otra gente. Asi que yo caminaba, siempre hacia calor, siempre habia algun perro ladrando que de vez en cuando terminaba persiguiendome (hasta que aprendi a cargar piedras en los bolsillos). Pasaba muchas veces que en el camino me encontraba con abejorros gigantezcos. Nunca fui capaz de ignorarlos, les tenia panico. Trataba de tirarles piedras desde lejos, nunca llegue a pegarle a ninguno pero a veces funionaba y se espataban, si no funcionaba, al cabo de varios intentos terminaba tomando aire muy fuerte y corriendo tan rapido como podia, siempre creia que el abejorro me estaba siguiendo asi que no dejaba de correr hasta un buen rato cuando ya no escuchaba el zumbido. 3 kilometros, media hora, desde ese entonces me acostumbre a no llevar cuadernos en la maleta. ni cuadernos, ni libros, ni lapices, nada aparte de la lonchera. Nunca me senti bien haciendo tareas..

Por el camino a veces me encontraba con Edgardo, un muchacho 2 años menor que yo, pero casi el dobre de mi tamaño, a veces eramos amigos, a veces enemigos, y cuando eramos enemigos encontrarmelo en el camino era peor que encontrarme a los abejorros. Una vez me descalabro de un pedradon, y desde entonces dejamos de jugar a tirarnos piedras. Años despues jugando "policias y ladrones" lo terminaria capturando de prisionero y amarrandolo durante toda una tarde a un arbol. Extraño a Edgardo, el queria ser policia, los padres tenian una tienda llamada "el triangulo del sol". tenia unos triangulos amarillos, vendian cerveza, tenian canchas de tejo, y perros, muchos perros.

Un dia en el camino, 5 minutos despues de haber empezado a caminar, empezo a llover.. Al comienzo como una llovizna y en segundos una tormenta... Empece a correr pero la lluvia era muy fuerte y yo no queria empaparme, asi decidi esperar debajo de unas matas al lado de la carretera, habia pasado ya media hora, para ese entonces yo tenia un reloj barato, un casio de esos que tienen indicadores de mentiras. Dos años mas tarde habria de prometer que nunca en mi vida cargaria un reloj, lo que he mantenido hasta este momento. Eso pues un dia le pregunte la hora a Guillermo Quevedo, para ese entonces mi profesor de Ajedrez y 10 años despues mi profesor de Go. El me respondio: Yo no tengo reloj porque yo no soy esclavo de nadie. Cuando le pedi una explicacion me dijo: Los que usan reloj se vuelven esclavos del tiempo.

Seguia lloviendo y me empece a preocupar pensando en que mi abuelita me estaba esperando para el almuerzo, y que con ese aguacero ella debia estar mas preocupada que yo, asi que empece a caminar bajo la lluvia, con la maleta en la cabeza para no mojarme tanto. Por alguna extraña razon empece a correr, me senti desesperado, queria llegar a la casa ya y ver a mi abuelita. Mire hacia atras y no se veia ningun carro que viniera, las busetas pasaban cada 4 horas en ese entonces asi que no habia modo de esperarlas. Empece a llorar mientras corria ya sin la maleta en la cabeza, estaba totalmente lavado cuando mire al cielo y dije: Dios, si existe por favor, por favor, haga parar esta lluvia... Me quede quieto durante un momento, esperando que la lluvia se detuviera. Era una peticion justa, una peticion que salia sinceramente desde lo mas hondo de mi, ni siquiera yo queria que dejara de llover para mi beneficio, yo queria que mi abuelita no se preocupara por mi. Dios tenia que escucharme !.

... Me empece a secar las lagrimas en los contados segundos que espere a que el milagro sucediera, la lluvia me parecia que estaba menguando, por un segundo sonrei y justo cuando iba a empezar a caminar, la lluvia se incremento de una forma impresionante, si antes habia sido una tormeta ahora no era solo la lluvia sino el viento helado, casi granizaba, era insorpotable. Y yo empapado, me convenci de que Dios no existia. Unos años mas tarde comandaria en el colegio un grupo de seguidores del materialismo dialectico en contra de las niñas del salon que creian en Dios. Años mas tarde me autodeclararia Anarquista y empezaria a escribir " La biblia Roja ", una nueva religio que queria fundar (que por casualidad fue uno de los motivos por los que empece a escribir poesia "politica"), hasta que a comienzos del 2001 un dia me levante y me senti bien conmigo mismo y con el mundo. Mire por la ventana del cuarto piso en que vivia, vi la ciudad de Bogota tranquila, el cielo, Monserrate,.. El perro amarrado al patio de la casa detras del edificio, Las ramas de los arboles que rodean el Hospital del Nicolas de Federman, y me senti feliz. Sin rabia. Demasiado Feliz, tanto que al no encontrar una respuesta decidi que esa felicidad debia ser Dios.
Ahora cuando me preguntan si creo en Dios respondo que soy medio hinduista media budhista. Soy vegetariano y cuando tengo tiempo medito.

Y la historia que empece a contar, no se, ya no importa.... Como en la pelicula de "La Copa " (en el temblo tibetano)..

" Por que la gente siempre se preocupa por saber el final de las historias ? "

Un Abrazo, Ivan.

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